CUENTO:
DIOS NOS REGALA LA CREACIÓN ¡¡GRACIAS!!
ILUSIÓN
NOS CUENTA…
Había
una vez un mundo triste, sin sol ni luna. La tierra y el mar aún no
se habían separado, y el cielo era una masa que lo cubría todo. Un
tiempo en que la oscuridad aún no era oscura, y no había ni frío
ni calor. Dios estaba empezando a realizar su REGALO, su obra.
Dios
viendo esa masa que lo cubría todo la separó creando así el cielo
y la tierra.
De
repente, de las manos de Dios surgieron dos luces brillantes. Una de
ellas era pálida y sus destellos eran brillantes como el color
plata. Al verla, el cielo se alegró mucho ya que, hasta el momento,
se sentía muy solo. La otra luz, era amarilla como el oro. El Cielo
estaba muy contento, porque nunca más se sentiría solo. Dios miró
con mucho cariño aquellas dos luces, a la de color plata la llamó:
LUNA y a la de color oro, mirándola también con cariño le dijo: “
Tú te llamarás SOL”.
La
luna y el sol sonrieron y juntos trajeron la luz al mundo, y así, de
golpe, la oscuridad empezó a ser oscura, y por primera vez apareció
el frío y la calor. Dios hizo que el SOL estuviera brillando y dando
calor por el día y la LUNA sería la que llenara el cielo de luz por
la noche.
Cuando
separó el cielo de la tierra quiso llenar al cielo de estrellas, y
allí me puso a mí, me creó con mucho cariño y me dijo bajito: “Tú
te llamarás ILUSIÓN. Llenó también el cielo de planetas, de nubes
y muy cerquita de la tierra creó el mar para que éste la
acariciara. Dios iba observando el maravilloso regalo que estaba
haciendo y vio que TODO ERA BUENO. Dios se sentía satisfecho y era
feliz.
Observó
el color de la tierra, era marrón y quiso empezar a sembrar plantas
y árboles que dieran frutos. Llenó también la tierra de colores
sembrando muchas, muchísimas flores. A poco tiempo Dios fue creando
mucho animales, pequeños y grandes, salvajes y domésticos y todos
estaban contentos porque Dios les acariciaba con mucho amor.
Dios
llenó el mar de infinitos peces de diferentes colores, especies y
tamaños y el cielo lo llenó de pajarillos que venían a la tierra y
en los árboles hacían sus nidos. ¡¡Qué orgulloso se sentía
Dios!!
Dios
no descansaba, sólo quería acabar de hacer su gran y maravilloso
regalo.
Una
mañana Dios me dijo: “Ilusión, tú que estás en el cielo y todo
lo ves ¿qué te parece mi regalo?”, yo le dije: “¡Es
maravilloso, Dios!
Pues
cierra los ojos que aún queda el mayor derroche de amor…. Y al
abrirlos ¡¡MARAVILLA!! Dios había creado al hombre, lo había
hecho a su imagen y semejanza. El regalo de Dios se llenó de AMOR y
vio Dios que TODO ESTABA BIEN. Por eso, cuando acabo su regalo, nos
lo dio para que lo cuidásemos y….Dios se fue a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario